Tove Jansson es conocida como la autora y artista detrás del universo de los Moomins. Aunque sus editores siempre trataron de ocultar o reprimir su sexualidad, Jansson fue una mujer queer que vivió libremente en una época en la que la homosexualidad era clasificada como una enfermedad. En Finlandia no será despenalizada hasta el año 1971. Tove vivió durante 45 años con el amor de su vida, la diseñadora Tuulikki Pietilä. La artista reflejó en su mundo creativo temas muy actuales como la familia elegida o la importancia de la autoaceptación.
Aunque Pietilä sería su gran amor, Vivica Bandler fue la primera relación con una mujer de Tove. Ante la negativa a dejar a su marido, ambas mantuvieron su amistad y trabajaron en proyectos conjuntos el resto de sus vidas. Vivica también está inmortalizada en el universo Moomin en los personajes de Tofslan y Vifslan. Estos son inseparables, siempre tomadas de la mano y hablan en su propio idioma secreto, algo que Tove y Vivica hacían en sus cartas, y llevan consigo un tesoro secreto en una maleta.
En los años 50, cuando la artista ya alcanzara el éxito con la tira diaria de Moomin, conoce a la que será el amor de su vida, la también artista Tuulikki Pietilä, con la que convive hasta su fallecimiento. En 1992, Jansson y Pietilä fueron la primera pareja en Finlandia que representó el mismo género en la recepción del Día de la Independencia en el Palacio Presidencial. Desde entonces, otras parejas del mismo sexo también han sido vistas en la recepción de esta celebración finlandesa.
Jansson y Pietilä vivieron juntas durante 45 años manteniendo dos estudios adyacentes en Helsinki. También pasaron 18 años disfrutando de largos veranos en la remota y diminuta isla de Klovharun en el archipiélago finlandés. Tuulikki, cuyo apodo era Tooti, fue una inspiración para el personaje Too-ticky, un personaje sabio y tranquilo. En ella Jansson encontró a una viajera, buscadora y amante de la libertad, igual que ella, y lo que es igualmente importante, alguien que comprendía y respetaba el lugar central que ocupaba el arte en su vida.
Tove era una mujer cambiada, que finalmente había «ido al lado de los fantasmas», como ella misma dijo, siendo «fantasma» una referencia común para las lesbianas en ese momento.