En diciembre perdí las llaves de la casa y me quedé fuera bajo la lluvia. Traía un bolso grande en el que llevaba las compras del supermercado junto a una libreta y un libro. Por poco más de media hora, tuve la esperanza de que si me volvía sobre mis pasos encontraría las llaves y podría volver a casa para estar abrigado y seco. No las encontré: habré rehecho mal el camino o la lluvia las habría arrastrado hasta otra aparte.
Me metí en un bar cuando ya en el bolso se deshacían el paquete de harina y el lomo de Marginalia (Comisura, 2024), una colección de microensayos y reflexiones de Carlos Yushimito (Lima, 1977) acerca de la escritura, la lectura y la materialidad del libro.
En Marginalia, Yuhsimito se pregunta ―entre otras cosas― cuál sería el círculo del infierno para las personas adictas a comprar libros, ensaya sobre la raíz etimológica que une las palabras “asterisco” (*) y “asteroide”, o a las que une a “considerar” (que en el pasado significó mirar las estrellas) y “sideral”, reflexiona sobre el lenguaje del migrante, y repasa sus lecturas de Proust, Borges, Walter Benjamin o Clarice Lispector.
Entonces, mientras veía la lluvia caer desde adentro del bar, leí de Yushimito cosas como esta: “(…) Borges elogiaba a los libros, porque a diferencia de otras tecnologías humanas, extendían no el cuerpo sino la imaginación. Desde entonces no dejo de imaginarme a los libros como pequeñas prótesis”.
La editorial Comisura hace libros hermosos. En esta edición, los pequeños ensayos de Yushimito se entremezclan con fotos antiguas de hombres y mujeres ejercitándose. Yushimito dice que escribir es leer al revés, para lo que se necesita una combinación de “ejercitación, rigor y flexibilidad”.
Este libro es un testimonio de su fascinación por la escritura, pero sobre todo por la lectura. “Un día metí un libro mío en un sobre y lo mandé por vía postal. Desde entonces hablo demasiado en público”, escribe Yushimito sobre el interés que desde hace años despierta su literatura, y hace una salvedad: “De otro modo yo sería tan solo el lector de Felisberto, de Faulkner, de Clarice y de Vallejo, de David Lynch”.
Ahora, que ha pasado un mes y tanto desde que leí el libro, se me hace inasible la sensación exacta, pero habrá sido algo parecido a la hipnosis: para cuando saqué la cabeza del libro, la lluvia había parado, el bar estaba vacío y ya se había hecho de noche.
Marginalia, Carlos Yushimito
Editorial: Comisura
Agosto 2024, Madrid
128 páginas