El Festival Rizomes es una iniciativa creada por cuatro profesionales —un arquitecto, un paisajista, una gestora cultural y un artista visual— que, después de cuatro ediciones, vuelve a ofrecer una experiencia vital íntima y conectada con la naturaleza.
Este año, la cita tendrá lugar en un entorno natural insólito: la plantación de chopos de Can Ribes, en La Cellera de Ter, durante los días 20, 21 y 22 de junio. La quinta edición del Festival reunirá alrededor de 2.ooo personas en una experiencia que combina arte, música y arquitectura temporal, bajo una filosofía de profundo respeto por el medio ambiente.
Roman Cadafalch, director artístico: “Nosotros rechazamos la fórmula habitual de los festivales masificados en favor de la proximidad, demostrando que cultura no tiene por qué ir de la mano con contaminación”.
Con nombres destacados de la escena artística nacional e internacional en su cartel, el evento apuesta por reactivar la vida cultural en esta zona rural de Cataluña al tiempo que aboga por la máxima sostenibilidad en sus prácticas, invitándonos a cuestionar los modelos de consumo cultural masivo.

Propuestas musicales
Rizomes hace confluir, en un paraje forestal idílico, el folk, el pop, el jazz, el hip-hop y la electrónica. Destacamos algunas propuestas locales como la de nuestras queridas Tarta Relena, un dúo que explora y amplía las fronteras del folk mediterráneo; el trío de jazz encabezado por la cantante y pianista Lucía Fumero; el sonido house noventero de la DJ Nahoomie o la bossa nova de la ya ampliamente reconocida Rita Payés.

A nivel internacional, el Festival abre sus puertas a artistas tan variopintos y fascinantes como Pierre Bastien, que construye sus propios instrumentos; el acordeonista suizo Anatole Muster; Beringei, icono de la electrónica londinense; o la arpista persa-peruana Eve Matin.
Propuestas artísticas
Dada la naturaleza multidisciplinar del evento, la organización habilita también un espacio para la poesía escénica, la performance e instalaciones lumínicas, sonoras, escultóricas y arquitectónicas en relación con la mitología catalana. Además, las asistentes podrán interactuar con microorganismos del río Ter a través de procesos de cultivo y grabación visual.

Iniciativas sostenibles
Rizomes ha puesto en marcha varias prácticas para reducir el impacto medioambiental que lo han consolidado como modelo ejemplar en la gestión sostenible de grandes eventos culturales. Algunas de ellas comprenden el uso de baños secos, en los cuales los desechos se utilizan como abono para el bosque; la reutilización del agua de las duchas para el riego y la construcción de infraestructuras con materiales vernáculos y reciclados.

El Festival también cuenta con bañeras de agua caliente que se sirven de la madera del bosque para calentarse, un horno construido a base de tierra cruda del mismo terreno y una zona de descanso elevada, formada por redes colgadas entre los árboles. Todo esto es posible gracias a las increíbles aportaciones de diseñadoras y escenógrafas como Tatiana Melo o Roger Badía, entre otras.
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