Emilio Fonseca (Ourense, 1978) es guionista, director, dibujante y docente especializado en imagen. Licenciado en Comunicación Audiovisual y formado en la ECAM, fundó en 2008 la productora Walkie Talkie Films, que apuesta por lenguajes experimentales. Es autor de ensayos como Somos plaga y Soy muro (CCCB), del libro Imágenes. Un dominio público (2020) y de piezas televisivas como Queimar o monte y Tallers sonors. Su primer largometraje es «Salvaxe, salvaxe».

Partir de la mirada del lobo ibérico para deconstruir la mirada del «salvaje»
«¿Hueles eso?». Así comienza Salvaxe, salvaxe, una película que parte de la observación, proponiendo un viaje sensorial por los paisajes del lobo ibérico y su representación audiovisual. Fonseca explora una historia de sometimiento, exterminio y mitología popular, deconstruyendo la mirada del «salvaje» en la naturaleza.
‘Esta película parte de la observación del lobo. No queríamos grabar imágenes violentas. Probamos diferentes cosas para acercarnos a los animales sin interferir en su hábitat porque en realidad grabarlos es una situación de asedio. Así que usamos las imágenes de los científicos y nada más’, ha explicado el director sobre su trabajo, que busca denunciar el asedio que sufre el lobo ibérico.
La película se enmarca en un contexto de crisis social y ecológica, donde, a pesar de la abundancia de evidencias científicas y datos alarmantes, una parte significativa de la población mundial no prioriza el cambio climático como una de sus principales preocupaciones. Los intereses individuales, las dinámicas de grupo y una perspectiva cortoplacista suelen primar sobre la atención a un problema global cuyos efectos, para muchos, se perciben como lejanos.

Salvaxe, salvaxe pasó en fase de proyecto por Cinema Pendent de l’Alternativa, donde obtuvo el Premio Antaviana. En 2024, fue reconocido como mejor documental en el Festival de Málaga, donde se estrenó. El jurado destacó la habilidad de la obra para «repensar la categoría de lo salvaje desde esta apocalipsis climática», invitando al espectador a «reeducar su capacidad de asombro, ternura y conciencia de que somos interespecie». El film, también fue galardonado en la sección gallega del Play-Doc, donde se destacó su «capacidad de sugerencia a través de un abordaje inmersivo con un inolvidable diseño sonoro, donde lo telúrico, lo poético, lo antropológico y lo político convergen con fluidez».
Un retrato crítico en tiempos de emergencia ecológica
El primer largometraje de Fonseca se acerca al lobo ibérico desde un cine «inmersivo y político», proponiendo un antidocumental que busca instar al público a «superar las relaciones (auto)destructivas que mantenemos con nuestro entorno vivo, del que dependemos», en palabras del director. La directora gallega Xiana Teixeiro, coguionista de Salvaxe, Salvaxe, refuerza esta propuesta con su compromiso de extender «un cine de encuentro: juntarnos para mirar, pensar y activarnos».
La observación es también el punto de partida de este largometraje que explora las relaciones entre humanos y no humanos. Como una clase de anti documental de naturaleza, ‘Salvaxe, salvaxe’ logra llevarnos hacía los montes gallego-portugueses y adentrarnos en ecosistema del lobo ibérico. ‘Esta película parte de la observación del lobo. No queríamos grabar imágenes violentas. Probamos diferentes cosas para acercarnos a los animales sin interferir en su hábitat porque en realidad grabarlos es una situación de asedio. Así que usamos las imágenes de los científicos y nada más’, explica Fonseca.
La UE rebaja la protección del lobo mientras España la mantiene
En la actualidad, el lobo intenta estabilizar sus poblaciones después de años de persecución y estigmatización, aunque sigue siendo una especie estrictamente protegida en España, pero Europa ha dado un preocupante paso atrás. El Convenio de Berna aceptó recientemente la propuesta de rebajar la protección del lobo en todo el continente, trasladándolo de especies estrictamente protegidas, a la permisión de la toma de medidas de control poblacional, incluidas las matanzas. Aunque este cambio no afecta legalmente a España, donde el lobo está protegido por el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE), la decisión sienta un precedente alarmante.
El cambio en la categoría de protección del lobo podría allanar el camino para modificar la Directiva Hábitats, legislación comunitaria clave para la conservación de especies y ecosistemas. Aunque los Estados Miembros podrán decidir cómo gestionar sus poblaciones, los grupos conservacionistas temen que esta decisión impulse políticas que pongan en riesgo a la especie.
En palabras de Laura Moreno, de WWF, «el lobo tiene un papel esencial en el equilibrio de los ecosistemas y su protección no solo beneficia a la biodiversidad, sino que promueve la coexistencia sostenible con la ganadería». Sin embargo, el furtivismo y los prejuicios históricos contra el lobo siguen siendo desafíos en España, donde es crucial reforzar la protección frente a futuras presiones políticas.

La necesidad de reconciliarnos con nuestro entorno
En un contexto de crisis climática, donde la destrucción de hábitats y la pérdida de biodiversidad se agravan cada año, la rebaja de la protección del lobo resulta aún más preocupante. Tal como alerta Jesús Criado, del Grupo Lobo Galicia, «las poblaciones de lobos están aisladas y fragmentadas, lo que agrava problemas de endogamia y dificulta su supervivencia». A esto se suman las dinámicas de depredación del territorio, como las plantaciones masivas de eucaliptos y los parques eólicos, que afectan no solo a los lobos, sino al conjunto de la biodiversidad. Según Criado, «es necesario redoblar esfuerzos para garantizar la coexistencia entre lobos y ganaderos, y para implementar medidas preventivas que minimicen conflictos».
En este contexto, el Salvaxe, salvaxe se erige como un llamado a repensar nuestras relaciones con el entorno natural. El documental pone en el centro tanto a científicos como a criaturas, en un baile de rastreadores rastreados, con imágenes que nos devuelven la mirada. A través de un enfoque crítico y poético, la película busca resignificar nuestra relación con el entorno natural y reflexionar sobre las huellas inevitables que dejamos en él.
Con las recientes decisiones europeas y los debates en curso, el lobo ibérico vuelve a estar en el centro de la discusión sobre conservación, coexistencia y justicia ecológica. Su futuro dependerá de la voluntad política, el compromiso científico y una sociedad dispuesta a reconciliarse con su entorno natural.