Soluna es el nombre artístico de una voz en tránsito, nacida del cruce de raíces, que rehúsa las definiciones simples. La cantante argentina y angoleña, criada en la Zona Franca de Barcelona y forjada como artista en Lisboa, presenta una refrescante propuesta que mezcla coreografías, ritmos, idiomas y memorias. Soluna es música que suena y recorre varias geografías, un pop viajero que sacude con una energía que nace del instinto y del deseo de contar(se).
“La gente me ve y me percepciona, me pone en una cajita… Pero yo no voy por la vida pensando en el color de mi piel”
Con una mirada desenfadada, pero muy consciente, Soluna inicia un viaje sonoro inconformista que es también una forma de afirmarse en el mundo sin ajustarse a etiquetas ni pedir permiso.
El nacimiento de ‘Soluna’
Soluna comenzó a componer a los 16 años, acompañada solo por su voz y su guitarra. Por entonces no imaginaba que su camino iría más allá del formato clásico de la cantautora de sala. Fue en Lisboa donde encontró un punto de inflexión. Allí, trabajó como vocalista del artista y activista caboverdiano Dino D’Santiago durante tres años. Esa experiencia le abrió una puerta clave: “Entendí que me gustaba este tipo de performance, de animar a la gente… Quise salir de mi zona de confort”.
Así, mientras mantenía otro trabajo a jornada completa para pagar el alquiler, fue virando hacia otra forma de habitar la música: más corporal, más conectada con el ritmo y la escena. Poco después conoció a su mánager, Megan Stephens, quien al escuchar sus primeras maquetas le dijo sin dudar: You’re a popstar.
Con temas como Gano, Flaca o Abajo, Soluna se lanzó como solista y presentó oficialmente su proyecto en noviembre de 2021. Junto al productor y DJ, Dotorado Pro, introdujo su fusión afrolatina, navegando entre el pop y los ritmos urbanos con influencias del reggaetón, semba, afro-beat y jazz ibérico. Un carrusel de culturas heredadas con un desparpajo tremendo. Desde entonces, su música ha recorrido escenarios de Lisboa, Oporto y Barcelona, donde este año se presentó en el Primavera Sound, y promete seguir expandiéndose.

Soluna vive y canta entre el español, el portugués y el inglés. Su día a día transcurre en los tres idiomas, y eso se filtra naturalmente en sus letras, en sus conversaciones, en la manera en que se relaciona con su equipo. “Yo creo que si no fuera cantante, me hubiera dedicado a la traducción. A veces hablo los tres idiomas en la misma frase”, dice, entre risas.
Ese cruce no es una estrategia comercial, es su vida. Hija de padre argentino y madre angoleña, y con una trayectoria que la ha llevado a mudarse constantemente, su canto condensa una geografía emocional y reivindicativa. “Mi música nace de esa mixtura de raíces”, afirma.
Aunque si hay un punto en el mapa que tiene un peso especial para Soluna, es la Zona Franca de Barcelona. Allí creció y allí vivió con su madre, quien falleció en esa misma ciudad.
“Para mí Zona Franca es mi madre, mi historia, mi infancia. Es casa”.
Por eso rodó allí el videoclip de Conquistando, como una forma de reconectar con su hogar, aunque su música cruce fronteras. «Conquistando es mi tema más personal hasta la fecha, fue mi primera colab con un artista catalán, Sev’s, quien además es un amigo de toda la vida» revela.
El proceso creativo de Soluna es muy espontáneo. Abre su computadora con el Ableton Live preparado, lista para capturar cualquier destello melódico antes de que se escape. “No me gusta dejar ideas a medias. Antes tenía mil notas de voz en el móvil y no hacía nada con ellas” explica. Para escribir sus temas suele empezar refinando emociones y experiencias propias para que sean líricas «reales y honestas» y que «resuenen consigo y con el público».
‘Instinto’, su próximo álbum
El último tema de su próximo álbum, Instinto, nace precisamente del deseo de ir hacia dentro, de meterse en lo emocional sin miedo. La canción es una descarga de intensidad que habla del autoengaño amoroso, de la rabia y también de la redención.
“En el estribillo digo me falla el instinto, mamá, como si estuviera confesándome con ella… Y cuando hice la canción, se me fue el enfado. Me liberó. No era que me fallase el instinto, es que no lo estaba escuchando” afirma.
Para Soluna, la música tiene un poder sanador y reivindicativo. En canciones como Negra, Soluna explora la identidad afrodescendiente desde la ironía y la celebración. El tema, producido junto al angoleño Toti Samet y escrito junto a la cantante colombiana Mari Segura, mezcla lo afro y lo latino y se ríe de los estereotipos, atravesándolos con humor y ritmo.
Lejos del gesto victimista, su enfoque es lúdico y liberador, no canta para representar una identidad fija, sino para habitar todas las que la atraviesan. Su música invita a bailar a divertirse y también propone mirar adentro, escucharse más allá del ruido externo. Como su disco anticipa: todo parte del instinto.