A mediados de los 60 Claude Lanzmann preguntó a Simone de Beauvoir en Radio-Canada si creía que la carencia de experimentar la maternidad la mutilaba, dejándola incompleta y, por ende, desacreditando así todas sus ideas y tesis. La autora respondía, entre risas, pero con contundencia: «Sólo puede hablarse de mutilación cuando alguien desea algo y no lo tiene. […] Sólo existe la carencia cuando hay un deseo insatisfecho, y yo nunca tuve el deseo de tener hijos.» Lanzmann, en aquel entonces redactor de la revista Les Temps Modernes, aunque sin duda pasaría a la historia como director del documental sobre el Holocausto ‘Shoah’, curiosamente fue amante de Simone de Beauvoir durante casi una década.
Al igual que la filósofa, la protagonista de Mamífera nunca ha barajado la maternidad como una posibilidad, y mucho menos la ha interiorizado como un deseo propio. Liliana Torres (Vic, 1980) en su cuarto largometraje no explora el deseo de tener hijos ni santifica la maternidad, si no que ahonda en cuáles son las implicaciones de la firme convicción de no querer ser madre.
Lola, encarnada por una María Rodríguez Soto que irradia humanidad, es una profesora de arte que comparte una vida feliz junto a Bruno, su pareja, interpretado con ternura por Enric Auquer. Al descubrir que está embarazada, se ve obligada a reconsiderar su vida debido a la presión que ejerce el entorno sobre ella.
En la película, ambientada en un momento previo a la reforma de la ley del aborto, Lola debe esperar tres días antes de interrumpir su embarazo, lo que la lleva a reexaminar sus sentimientos de desconcierto por la falta de instinto maternal, el temor a la soledad, la incertidumbre sobre cómo continuar con su carrera profesional en un mundo precario y la preocupación por encontrar tiempo para sí misma.
Mamífera es una historia sobre mujeres que no desean ser madres, una realidad poco abordada en el cine hasta ahora. La conmovedora interpretación de Rodríguez Soto le ha valido el premio a la mejor actriz en el Festival South by Southwest de Texas.
Para Liliana Torres, Mamífera puede funcionar como un espejo para otras mujeres que han tomado la misma decisión de no ser madres y se sienten invalidadas o incomprendidas en su determinación. Hasta ahora se ha abordado poco el tema, especialmente para aquellas mujeres que tienen la capacidad de tener hijos pero eligen no hacerlo. Aunque la sociedad esté abierta a nuevos modelos, las mujeres sin hijos son enjuiciadas duramente y encorsetadas en estereotipos victimizantes: solteronas o egoístas, entre otros.
Como apuntaba de Beauvoir en los 60: «Me parece absurdo presuponer que existe un estado natural de la mujer, hay 10 mil maneras de vivir la condición femenina y ninguna es mutiladora. Ahí se ve el prejuicio contra la mujer, nunca se diría de un hombre que no tiene hijos que está incompleto.»
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